sábado, 26 de marzo de 2011

No lo olvides... el dinero no puede comprar la felicidad.

Pequeño y claro comentario que me he encontrado en el blog de RKK, Cashflow, Jugando Con El Flujo de Caja, y lo coloco aquí en forma integra porque es perfecto para reflexionar en aquello que de manera certera afirma:

Quien cambia felicidad por dinero, 
no podrá cambiar dinero por felicidad.

Elocuente aforismo del argentino José Narosky, que nos invita a pensar en lo mucho que vamos dejando en el camino cuando en busca de consolidar una posición económica se sacrifica aquello que le da sentido a la vida, la familia, la salud, el bienestar, la alegría de convivir con los amigos, la satisfacción de ser padres, el placer de practicar algún deporte, de viajar, de leer, o simplemente aprender aquello que nos gusta, y un sinfín de cosas que son parte de la realización personal.


Muchas veces se piensa... ya habrá tiempo después... y resulta que cuando hay tiempo y dinero, la familia ya no esta, los amigos se han convertido en extraños, los hijos se marcharon igual que la salud, la energía, la vitalidad y hasta las ganas de hacer y de vivir.

Mucha razón tiene RKK cuando dice que, "Es innegable que el trabajo es necesario, el ser humano debe ser productivo y generar los bienes para satisfacer sus necesidades, pero sin dejar atrás aquellas cosas que después... podrían ser imposibles de recuperar".

Gracias RKK por tus sencillas pero valiosas reflexiones con las que siempre enriqueces mi ideas.


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