La
gratitud es tal vez una de las cosas que más nos dignifican como seres humanos.
Quizás es una de las primeras emociones que aprendemos a sentir desde niños en
el regazo de nuestra madre, pero tal vez, también es una de las primeras que
olvidamos cuando con el paso del tiempo dejamos de agradecer lo bueno que nos
sucede y se lo atribuimos simplemente a la casualidad o a la suerte.
La
gratitud se vuelve felicidad instantáneamente
y esto podemos comprobarlo en la hermosa sonrisa que surge en el rostro de
quien recibe un gracias, así como en la extraordinaria luz que aparece en la
mirada de quien es capaz de expresar su agradecimiento a alguien.
La gratitud es una herramienta poderosa
que nos ayuda a valorar lo maravilloso que es vivir, que deja una marca
imborrable en la mente y el corazón de quien la practica y lo regocija a su
vez con el mundo entero.
En la
noche, antes de acostarse, dé gracias por las cosas que ha vivido cada día. Al
comienzo, puede costarle encontrarlas pero puede empezar por algo sencillo. Qué
tal porque pudo llegar temprano al trabajo, o porque terminó sus tareas
cotidianas y pudo dedicarle más tiempo a su familia, o porque su gato no lo
mordió el día de hoy.
Cualquier
cosa funciona, siempre y cuando esté acompañado de un verdadero sentimiento de
agradecimiento. Por ejemplo, podría hacerlo en un acto sencillo de meditación antes irse a la
cama, o quizás anotarlas en una libreta.
¿CÓMO PUEDE ACTUAR EN USTED SENTIR QUE LA FELICIDAD ES GRATITUD?
Asumir la felicidad como consecuencia de la gratitud es alentador, de acuerdo con
expertos en el campo de la psicología positiva, aumenta considerablemente el
bienestar personal, además de fortalecer la manera como nos relacionamos con
los otros.
La felicidad es un estado al cual es posible acceder, siempre que se encuentren las razones para ello, lo más importante es que las razones están en usted mismo. Por supuesto... ¡No olvide agradecer cuando las encuentre!
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