No todos los días tienen un sol radiante ni todas las noches son estrelladas, no siempre las cosas salen como las habíamos planeado ni obtenemos todo lo que habíamos soñado, de igual manera no siempre estamos contentos o en nuestro mejor momento, pero quienes nos rodean a veces no pueden entenderlo y se extrañan de no vernos alegres o de buen humor.
De repente nos llega el enfado por el gran esfuerzo hecho con tan pocos resultados, a veces por la espera que muchas veces desespera, o quizás por la ausencia de algo que nos hace falta o de alguien a quien extrañamos, en ocasiones simplemente porque si, sin razón o sin motivo especial sentimos que necesitamos un abrazo.
Cuando esto le suceda, no tenga miedo de admitir que anda bajo de baterías y que tiene la necesidad de un apapacho, un abrazo o un cariño. No espere que quienes están junto a usted sean lectores de la mente y adivinen como se siente.
Para ser feliz ayuda mucho comunicar nuestros sentimientos y expresar nuestras necesidades, generalmente es sorprendente la respuesta que se recibe pues quienes nos rodean parecen estar esperando esa oportunidad de mostrarnos su afecto, o para ayudarnos y sentirse útiles, en verdad es algo muy agradable.
Cuando lo necesite, no lo dude y... ¡Pida un abrazo!
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