Dejar a un lado las
prisas y quehaceres cotidianos para conectarse con la espiritualidad en algún
momento del día, puede ser en muchos casos, más fácil decirlo que hacerlo. Para
muchas personas esto puede percibirse como una pérdida de tiempo y por lo
tanto renuncian a practicarlo, lo que termina siendo perjudicial no sólo para
el individuo sino para todos.
La conexión espiritual se
refiere a conectarse con el yo interior, con nuestra verdadera esencia, más
allá de lo material o lo físico. Quizás
todo esto tiene un sentido místico porque surge de la idea de poseer un espíritu
inmortal, lo que le da a la vida una perspectiva diferente.
Quienes han
desarrollado una buena conexión interior pueden con facilidad desarrollar una positiva conexión con el exterior, es decir, con todo lo que les rodea, y por lo
tanto se relacionan con los demás de manera tranquila y serena, amorosa y solidaria, afable y alegre. No porque se lo
propongan voluntariamente sino porque lo
sienten de manera natural y por lo tanto actúan en concordancia.
Por ello es que se
afirma que la conexión
espiritual tiene muchos beneficios tanto mentales y emocionales, como
sociales y físicos, por ello es que la consideramos una de las alternativas para construir una
vida feliz.
Hay varias maneras
en que un individuo puede conectarse con su propia espiritualidad. Una de ellas
es a través de los servicios de voluntariado. Cuando se deja tiempo para
convertirse en un voluntario, uno está realmente aprendiendo a poner las necesidades
de otra persona antes que las de uno mismo. Esto nos conduce a ser más
generosos y menos egoístas, y nos hará sentir estupendamente bien.
Pasar algún tiempo a
solas en comunión con el espíritu interior todos los días es beneficioso tanto
para la salud como para la productividad. Hacer un esfuerzo consciente para
dejar de lado todos los problemas o preocupaciones, y simplemente centrarse en
la calma y la serenidad, detonará nuestro potencial creativo y evidentemente facilitará que la mente sea
capaz de hacer frente al los problemas con renovada fuerza y vigor.
La meditación es
también una práctica común cuando se intenta conectar espiritualmente. Muchas
personas buscan este tipo de actividad para tratar de mejorar sus sentidos y
lograr conectarse mejor con su yo interior.
Orar también es otra
manera de hacer la conexión con nuestra parte espiritual. Si se rezar a menudo
puede ser una manera eficaz de asegurar esta conexión. La paz y la tranquilidad
que uno puede derivar de esta acción sin duda beneficiarán tanto el cuerpo como
la mente.
Por otra parte, pasar tiempo con la
naturaleza permite que los sentidos físicos y
espirituales se agudicen y entonces el individuo sea vuelve más
sensible al entorno; además, través del ejercicio el cuerpo libera lentamente su dependencia
de aferrarse al estrés y aprende a relajarse lo que también nos acerca a
una conexión espiritual.
Espero que estas ideas les sean de utilidad y si usted tiene alguna sugerencia adicional, recuerde que será muy bienvenida. Por favor anótela en los comentarios para que todos podamos leerla. Gracias y hasta pronto.
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