Cuando se agradece lo que se tiene, cuando se aprecia lo bien que nos hace sentir o reconocemos los beneficios que nos proporciona aquello que poseemos o forma parte de nuestro entorno, la vida se hace más ligera y agradable, quienes conviven con nosotros tienden a mostrar una mejor disposición, las buenas oportunidades se hacen presentes frecuentemente, y muchas cosas buenas empiezan a suceder.
Lo maravilloso de esto es lo simple que es y que nosotros tenemos el poder de bendecir todo lo que deseemos. A nuestros familia, nuestro hogar, nuestra salud, nuestra alegría, nuestros amigos, nuestra fuente de ingresos o incluso a nuestro dinero.
Por ejemplo, cuando recibas dinero no importa si es mucho o poco, acéptalo con cariño, tómalo y dile: Que bueno que estas aquí, te bendigo con amor, te agradezco por todas las cosas buenas que me vas a permitir hacer, eres bienvenido a mi vida y estoy seguro que me ayudarás para ser feliz.
Practica frecuentemente el agradecimiento por todo aquello que quieres aumentar al igual que hacia todo aquello que quieres atraer hacia ti, agradece que exista y que esta allí como un bello deseo en tu corazón y espera optimista a ver los resultados.
Recuerda que Dios no pone en vano ningún deseo en el corazón del hombre.
P.D. Bendice y agradece especialmente tu capacidad para ser feliz y para ver las cosas positivas y hermosas que hay en tu vida.
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