A veces, por mas que
nos esforzamos las cosas no salieron bien, incluso esforzándonos por mantener
una actitud positiva ante las inconveniencias de alguna situación, simplemente
hemos tenido un mal día o quizás hemos pasado por un mal momento con alguien.
Al final de cuentas,
lo que siempre podremos hacer es preguntarnos... ¿Que
aprendimos de todo esto?, ¿Será que la experiencia nos ha enriquecido y nos
permitirá por lo menos saber como hacer las cosas diferentes en otra ocasión?
Ningún momento difícil en la vida sirve para nada si
no aumenta la sabiduría y la visión de la experiencia. Cuando se tiene un mal día, es difícil ver un
beneficio en el presente, pero podemos apreciarlo como un regalo para el
futuro, ahora sabremos como evitar volver a recorrer el mismo camino y tropezar
con las mismas piedras.
Quizás debamos
agradecer a la vida la oportunidad de aprender, cada problema que tenemos
enfrente es una lección y de nosotros depende sacarle el mayor provecho
posible. La satisfacción de aprender es
sumamente gratificante y siempre será mejor que dar cabida al sentimiento de
fracaso o incapacidad que puede generarse ante un problema no resuelto o un mal
día.
Para ser feliz, es necesario aprender a transformar las experiencias negativas en positivas, así la próxima vez que enfrentemos un problema parecido o tan solo un mal día, nos sentiremos felices de poder aplicar la experiencia adquirida.
Viva la actitud positiva! Me encanta el artículo!
ResponderEliminar