La mayoría de los
seres humanos tenemos por costumbre quejarnos de las cosas que no nos han
salido del todo bien. Solemos delegar además las responsabilidades de nuestras
acciones en otros, con argumentos como “es que no me recordó” o “usted no me lo
había dicho”, etc., y contamos con un arsenal de excusas que batimos en el aire
cuando queremos evadir los posibles problemas que como consecuencia de nuestras
acciones se puedan presentar.
La verdad es que para ser feliz, sólo basta un poco
de honestidad con usted mismo, para no vivir con la carga de pensar qué
hubiera pasado si hubiera hecho las cosas de manera correcta y a tiempo.
Para ser feliz es
necesario asumir que como seres humanos somos, sin excepción, imperfectos y que gracias a
ello somos mejores amigos, padres, consejeros y no a pesar de ello.
¿Cómo reconocer
cuando esta funcionando?
El primer paso, como
se dijo, para ser feliz es el reconocimiento de nuestras propias limitaciones.
Eso le da a usted la posibilidad de elegir o no el curso de los acontecimientos
y saber con certeza que toda acción que realice trae consigo una consecuencia.
Usted es el artífice
de su propio destino y como tal está en condiciones de asumir su vulnerabilidad
y hacerse a un lado, o mostrar sus fortalezas y asumir los retos que la vida le
pone.
Reconocer sus
limitaciones no significa derrota, es un signo de dignidad y respeto por los
demás. Eso es en última instancia, lo que lo deja en posibilidad de escoger los
caminos que lo pueden llevar a sentirse satisfecho y feliz.
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Muy Padre Diana , está muy bueno tu comentario . Te quiero Bye
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